Armar el puzzle
Escribiendo el posteo anterior, se me ocurrió una idea que me tomó.
Venía hace días (sino semanas… sino meses) atascada con la resolución de la primera pieza que empecé para este proyecto. Eso fue como en agosto del año pasado, o sea 6 meses
Como la idea del proyecto era principalmente explorar nuevas soluciones con el vidrio, no me había preocupado tanto porque sentía que de una u otra forma se resolvería y como, además, seguía experimentando y ocurriéndoseme nuevas cosas, todo bien.
A pesar de todo, igual me incomodaba un poco la sensación de solo estar como tanteando soluciones/temas/ideas… no sé, finalmente no estaba avanzando hacia ningún lado en particular con lo de los vidrios, lo que no encuentro que este mal pero a ratos me desanimaba un poco y creo que por lo mismo he tenido subidones y bajones de ganas y energía.
Bueno, como dije, esta idea que tuve escribiendo se apoderó de mi cabeza, así que me lancé directo a materializarla.
Esta pieza grandota, con la que comencé el proyecto, que incluso tiene planimetría, con todo muy muy diseñado y que me tuvo como mil horas de cabeza… igual no terminaba de cuajar. O sea, como composición si, todo ok, me encanta, pero no lograba terminar de imaginarla como una pieza de joyería.
En todo momento la pensé como un broche, así nació, quizás de pura antojada porque es como LA piezas de joyería más “artística” pero en el ir fabricándola me ví con 2 módulos en las manos que me parecieron super interesantes y que, en ese momento, pensé podían ser una buena bajada comercial.
Cuando terminé de armarla y, como no me decidía nunca de que sistema que usar, fue quedando relegada a un rincón de la mesa de trabajo, pero siempre presente, me la tropezaba todo el rato, siento que se me aparecía como atormentándome porque no la terminaba!!
En fin, la cosa es que entremedio hice varias piezas, hice varios encargos, hice varias reflexiones y un día, me vi solo con esta pendiente (además de otras ideas pero esas están solo en papel) y fue como ya ctm, llegó tu hora!
y así, le soldé unas piezas como para atrevesarle un punzón y… no, entonces des-soldé deje una y… no, de ahí marqué otras posiciones para correr el “sistema” que me estaba inventando y… no, nunca me convencí de nada hasta que me senté a escribir y PA!
(si cuando digo que esto me esta sirviendo mucho es porque pucha que me esta sirviendo)
Hace un rato sentí que de repente quedaba mejor como un colgante, pero no me la compraba tanto porque se me hacía como que en el fondo le estaba haciendo el quite a resolver lo del broche. Pero no, ahora tengo claro que esta pieza ES un colgante.
Cada vez que la manipulaba la tomaba con las dos manos casi, y cada vez de forma más inconscientemente, como tomando un corazón en un gesto delicado, y recordé que es un poco la razón de porque elegí esta composición por sobre todas las que probé. Ahora veo que esa delicadeza se me hace más presente al tener colgando esta estructura y no al prenderla de la ropa… que cuelgue el centro del pecho… uf, me parece hermoso. Este corazón hecho de pequeños trozos, reparado, rearmado, digno de ser exhibido, moviéndose, latiendo otra vez
Entonces, volví a ese momento en que tenía estas dos estructuras en las que dividí la construcción de esta gran pieza y cada una de estas decidí que deben ser broches. Solo hice un par de variaciones: 1, invertí el uso de los metales, y 2, en cada uno repetí una de las cajitas que es precisamente una de las dos que conectan las estructuras.
Listo, dos piezas que esperan para ser unidas? o dos partes en las que se divide el gran corazón?
Luego los anillos, también dos piezas, uno para cada mano a partir de cada uno de los broches pero quitándole algunos de los pequeños módulos para 1, hacerlos más cómodos de usar pero también pensando que al estar más lejos del centro, donde todo esta unido, sigue descomponiéndose (?) o porque aún no se ha juntado todo los trozos que lo conforman (?)
AY! me encanta esta lectura en distintos sentidos!
Entonces ahora son 5 piezas que funcionan en conjunto: 1 colgante, 2 broches, 2 anillos
Lo que más me tiene contenta de esto es que, siento que es algo, habla de algo, que es como cerrar un proceso con el que venía trabajando, tanto con las joyas como dentro mío, es casi como si todos estos trocitos con los que trabajé por años de repente lograron convertirse en algo más, volver a ser una unidad o, como me dijo una vez una clienta, creando un nuevo universo.
Siento que logré entender algo en el que hacer de la joyería contemporánea, pero lo que más me importa es que esto habla de mi, de mis dolores, de todo este proceso, de la vida misma.
Siento que estoy logrando algo que tiene un sentido más allá de la experimentación con el material y se siente muy bien
Así que nada más que agregar, estoy contenta con esto y he estado bien aplicada y concentrada… tocó hacer un montón de nuevas cajitas, lo que es su buena pega, pero ya tengo todo soldado y con su estructura, ahora solo faltan los sistemas para hacerlas piezas funcionales