Ya casi

Como había decido terminar con una última pieza para poder cerrar el proyecto, estuve de cabeza en eso y ha sido leeento, espero ahora si que si, terminar de armarlo esta semana que viene.
El elegido fue el colgante (mi corazón de trizas <3). Me faltaba eran los vidrios y para esto primero toca limpiar el oxido de dentro de las cajitas, así el metal retoma cierto brillo y es un aporte a la lectura de los vidrios individualmente. Luego lo más lento, poner los vidrios, en eso estuve como dos días enteros y quedé, como dice mi mama, bien curcuncha.
Una vez logrado eso, tocaba lo de elegir el color que quería incorporar a algunos vidrios, por el borde como dije la otra vez. Y esto si que fue una lucha,  porque pucha, me cuesta no irme por el drama intenso y querer ponerles rojo pero es taaaaan sangre de un accidente … y entonces, acá se dio la discusión: que se vuelve un poco ridículo, que es demaciado obvio, demaciado figurativo, etc… Finalmente lo que me hizo entender todo fue que es demasiado ajeno al material, es un adorno.
Y si, tiene razón el compañero acá, pero seguía con la idea en la cabeza de que necesitan tener color, por qué? qué es lo que busco? qué es lo que siento que necesitan?

Hace rato que me parece que los vidrios se vuelven un poco “planos”, quizás es la sicopatía del ojo mega afinando pero ni modo, ahí estoy. Entonces no sé, como que al pegarlos algo pasa que pierden un poco lo tridimensional, las aristas tienden a fusionarse, será la refracción de la luz?… algo pasa.
Así que con la nueva claridad, de no forzar el material, seguí dándole vueltas y probando soluciones.
Finalmente elegí unos colores muy piola, en verdad los mismos de los metales pero cambiados, dorado en los vidrios de las cajas de plata y plateado en los de las cajas de bronce.

Por qué? Me pareció una manera super sutil de agregar profundidad sin  que dejen de verse como el material que es, vidrio. Aunque, ya no se si se nota tanto , sisisisi, si se nota, yo lo noto!
Bueno, la cosa es que así, con los colores que elegí, es como si los mismos metales se reflejaran levemente en los vidrios y así, me llevan un poquito más a la sensación de cuando los recojo y como que se mezclan con el ambiente.

Así que con eso solucionado (siempre dudando pero ya decido) tocaba pintarlos… otra cosa leeenta… un día y medio más, y  siempre curcuncha Luego el pegado, y no sé, siempre me pasa que siento que algo de lo que me gusta vidrio desaparece con este paso, a veces no pero en general si, y aún no logro cachar que es lo que pasa. Pero filo, no me urjo tanto porque luego cuando hago la terminación de la pieza y me parece todo tan maravilloso que se me pasa (aunque de fondo sigo pensando un que algo pasó
En fin, voy a tener que seguir experimentando con esto de los colores y para eso lo único que me queda es hacer y hacer más y más piezas para ver los resultado finales. Igual entretenido, se viene una temporada de seguir buscando eso que se me pierde en el proceso 🙂

Algo que me ha pasado con estos trabajos más grandes es que he cachado que las piezas aumentan caleta de peso con lo vidrios. Nunca me había percatado de ese detalle, nunca había pensado en lo que pesan los vidrios, como que siempre asumía que era bien poco… es cuático. Pero bueno, eso solo como una anécdota y para dejar constatación de lo observado.

Por otro lado, ya me puse a hacer el informe de rendición, que me ha tomado mil tiempo porque, uf!, armar todo el cuento de manera ordena y entendible ha estado difícil. Además, he tenido que revisar mil fotos para ir apoyando lo que explico del desarrollo… pero ya, estoy al lado! Así que contenta, quiero puro cerrar, parar y ver hacia el futuro… bueno, no se si ver porque en los tiempos que corren en este país como que no se ve mucho nada para delante o lo que se ve, da un poco de terror pero bueno, vendrá el tiempo para pensar, revisar, y volver a soñar, espero.